Originario de Cadillac, Michigan, Luke Winslow-King pasó 15 años en New Orleans, empapándose de sus ritmos y su mestizaje cultural, tocando en sus calles y escenarios. Allí desarrolló su estilo, fusionando piezas de blues eléctrico, canciones folk, jazz tradicional, soul, algo de country blues, gospel, boogie, y por supuesto, ritmos de rock and roll.
En sus jams y sus clubes conoció a su mano derecha, el maestro de la guitarra de la toscana, Robert Luti, cuyo estilo con el slide, poco ortodoxo, pero angular y evocador, le iba como anillo al dedo. No se han separado desde entonces.
Tras grabar su primer disco Old/new baby (2008) en el Preservation Hall, firmó con el sello de Chicago Bloodshot, donde ha desarrollado gran parte de su carrera, siendo su hipnótico blues I’m glad trouble don’t last always, del disco del mismo título (2016) uno de sus hitos, que acumula ya 10 millones de reproducciones en Spotify.
Ahora, tras haber actuado en importantes escenarios y festivales de Europa y América como Austin City Limits, New Orleans JazzFest, Azkena Rock Festival (España), Tønder Festival (Dinamarca), Bilbao BBK Legends (España), BluesCazorla Festival, Glastonbury (Reino Unido) y Byron Bay Blues Fest (AUS), y después de un brillante disco post-pandemia que ha sido su trabajo mejor recibido hasta la fecha (If these walls could talk, 2022), Winslow-King vuelve al sello que le vio crecer, Bloodshot, donde publicará Flash-A-Magic en septiembre de 2024, al que seguirá otra de sus imprescindibles giras. Música de raíces americanas por todos los poros.